miércoles, 12 de junio de 2019

Até já Lisboa



3 días para volver a casa, que son los mismos que parece que han pasado desde que pisé suelo lisboeta por primera vez. El tiempo pasa, y no se detiene.
Ahora mismo me encuentro en un proceso de cuantificación. Intento enumerar y clasificar todo lo vivido, para que ni el más insignificante de los detalles quede en el olvido. Cuantas personas he conocido, cuantas playas he disfrutado, cuanto bien he comido, cuantas cervezas y risas he compartido, cuanto sol me ha acompañado y cuantas conversaciones me llevo…

























2 meses, 60 días, 8 semanas, 1460 horas…ese es el tiempo que nos han dado Lisboa, tiempo suficiente para darnos cuenta de que lo que hay entre nosotras podría llegar a ser perfecto, pero como todo perfecto final quedará en un futuro incierto.





Teniendo la certeza de que todavía no es el momento de que nuestros caminos se separen, me voy, pero no sin antes decirte que me has ayudado, no a decidir mi futuro, si no ha romper con las limitaciones auto impuestas, a darme cuenta de que la vida puede ser infinitamente más amplia y diversa, a tener amplitud de miras. El futuro solo será la suma de las decisiones que te atrevas a tomar.


Dicho esto, animaría a cualquier persona a que viva la experiencia desde su propio prisma, pero siguiendo siempre un mismo decálogo:
Buscar y exprimir siempre la emoción de la primera vez. Llegar sin expectativas, estar abierto a lo que pueda surgir, vivir con todos tus sentidos agudizados, dejarte sorprender e impresionar, que las ganas y la curiosidad sean tus mejores aliadas. Vivirlo como si fuese la primera y la última vez, por que nunca sabrás si puede llegar a serlo.

Prazer em te conhecer Lisboa, um dia voltaremos a ver-nos, tchau.


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