Se hace raro volver a la rutina.
Hemos vuelto hace unos días y yo por lo menos miro a todo lo
de mí alrededor con extrañeza.
La experiencia Erasmus, nos ha servido para crecer,
descubrir otro país, conocer nuevas
personas completamente diferentes, no solo culturalmente y para ver cómo es el
mercado laboral.
Como dije en la entrada anterior, Alemania no tiene nada que
ver con lo que conocemos y no se puede ver una ciudad como Berlín en pocos días
de turismo que es lo que acostumbramos en nuestras vacaciones de turisteo. Hay
que ir para respirar la ciudad, seguir sus costumbres como ir de picnics,
integrarse en actividades no solo propias para turistas, también las favoritas
de sus habitantes.
En lo que se refiere a las prácticas en la empresa elegida, no
han sido lo que me esperaba. Era un trabajo rutinario de realizar logos en
tiempo record durante toda nuestra estancia y poca o nula comunicación con los
trabajadores o nuestro jefe de la empresa.
El trabajo que se nos mandaban, los logos, frecuentemente disponíamos
de poca información del cliente y no se podía realizar un logo apto para la
empresa sin esa información en muchas ocasiones.
Entre todo ese lío, sin embargo, hemos conocido a gente maja como una chica
francesa con la que compartimos muchas risas en nuestros días libre.
Hasta pronto, Berlín
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