Tras dos meses de Erasmus en Lisboa, en la que sin duda ha sido una experiencia muy enriquecedora, llega la hora de ir despidiéndose de una ciudad y de una gente que sin duda me ha sorprendido. Cuando hace dos meses llegué a este cercano y, a la vez, tan desconocido país no sabía con lo que me iba a encontrar, ni con qué me iba a sorprender, pero tras dos meses de vivir y convivir con la gente y las costumbres de la ciudad, puedo decir que me me voy con un gran sabor de boca.
Puedo decir que en esta fantástica experiencia he conocido a gente maravillosa, paisajes espectaculares, y una forma de vivir la vida única, y me llevo un trocito de Lisboa en mi corazón y que posiblemente muy pronto vuelva, esta vez de visitante.


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