El cambio drástico de vida que supone el Erasmus al principio es desconcertante, pero a las tres semanas estás
bebiendo una Sagres mientras comes bacalhau à brás tan felizmente.
Todos los comienzos son duros,
y este no podía ser de otra manera. Inocente de mí, tenía la esperanza de poder
entender portugués, si lo puedes leer...el resto no podía ser tan difícil,
craso error.
Realizo mis prácticas en
FunnyHow, una agencia publicitaria que se encuentra en el centro de la ciudad,
en un palacete rehabilitado, con vistas al Tajo y una gran terraza desde donde
escribo estas líneas mientras disfruto de sol que nos acompaña la mayor parte
de los días. El trabajo que desarrollo en la
agencia varía según la semana, colaboro en diversos proyectos desarrollando
contenidos visuales. (En la foto Jesús, integrante de la plantilla y gran
compañero).
La ciudad de Lisboa es una ciudad de historias y encanto, es un eco del pasado con voces del presente, llena de contrastes y nacionalidades diversas que enriquecen cuantiosamente su vida cultural.
Llegados al ecuador de nuestra estancia solo me queda pedir que se pare el tiempo, que es lo único que nos va a faltar en esta aventura.

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